¿Por qué necesitamos suplementos si comemos bien?
En un mundo que se mueve rápido y olvida fácil, muchas veces creemos que una alimentación "saludable" es suficiente para sostener nuestro bienestar. Sin embargo, cuando miramos con ojos más atentos —los ojos que miran lo profundo, lo que no se ve a simple vista—, comprendemos que la nutrición del presente ya no es la misma que la de nuestros abuelos, ni mucho menos la de nuestros ancestros.
Hoy queremos invitarte a reflexionar con calma: ¿realmente estamos recibiendo todo lo que necesitamos solo con lo que comemos?
Vivir lejos de lo ancestral tiene su precio
La vida moderna nos ha alejado de la tierra, del ritmo natural, del silencio y del descanso verdadero. Vivimos rodeados de pantallas, ruidos, contaminantes invisibles y alimentos que han pasado por muchas manos antes de llegar a nuestro plato. Todo esto genera un desgaste profundo en nuestro cuerpo, que pide más. Más minerales, más antioxidantes, más vitaminas. No por capricho, sino por necesidad.
Cinco razones que nos llaman a suplementar
-
La tierra ya no es la misma
Los suelos están agotados. La agricultura intensiva ha empobrecido lo que antes era rico. Aunque elijas alimentos orgánicos, incluso ellos ya no contienen todos los nutrientes que nuestros cuerpos ancestrales solían recibir naturalmente. -
No absorbemos todo lo que comemos
La digestión, esa alquimia interna, ya no siempre funciona como debería. El estrés, ciertos medicamentos, el envejecimiento y una microbiota debilitada pueden impedir que los nutrientes lleguen a donde deben. La vitamina B12 es un ejemplo claro: aun consumiéndola, puede tardar meses en hacer efecto. -
Lo que comemos ha perdido vida
Los alimentos viajan largas distancias, pasan días en cámaras y pierden vitalidad. Los nutrientes más sensibles —como las vitaminas del grupo B o la vitamina C— se degradan antes de que podamos incorporarlos. -
Vivimos rodeados de toxinas
Herbicidas, pesticidas, metales pesados. El glifosato, por ejemplo, puede dañar nuestra barrera intestinal, generando inflamación silenciosa. Y ese fuego interno, si no lo apagamos con buenos nutrientes, sigue quemando. -
El cuerpo que se mueve, pide más
Hacer ejercicio es salud. Pero también es demanda. Un cuerpo activo necesita más magnesio, más proteína, más antioxidantes para recuperarse y sostener su energía.
Suplementar con sabiduría
No se trata de tomar cualquier cosa, ni de llenar el cuerpo de cápsulas sin sentido. Suplementar es un acto consciente. Es reconocer que vivimos tiempos distintos, y que necesitamos herramientas nuevas, pero con la guía de siempre: la escucha profunda del cuerpo y el consejo de quienes saben.
Aquí algunos consejos que te pueden servir:
- Consulta siempre con profesionales confiables
- Hazte análisis para conocer tus necesidades reales
- Elige productos de alta calidad, libres de aditivos
- Respeta las dosis recomendadas y escucha a tu cuerpo
- Y no olvides lo esencial: ningún suplemento reemplaza el descanso, la buena alimentación, el contacto con la tierra ni el gozo de vivir
Una herramienta, no un atajo
La suplementación no es una moda ni una solución mágica. Es una herramienta. Como el fuego que usaban los abuelos para transformar el alimento en medicina, hoy podemos usar los suplementos para acompañar nuestro camino hacia una salud más íntegra.
Honremos el conocimiento ancestral, abracemos la ciencia actual, y caminemos con respeto hacia un equilibrio que nos nutra en cuerpo, mente y alma.